Uno de los aprovechamientos forestales tradicionales de las zonas montañosas de Aragón era la corta de los árboles para la utilización de su madera en la construcción de edificios, mobiliario y otros aparejos. En las zonas boscosas del Moncayo todavía se sigue practicando el arrastre con caballerías de los troncos talados hasta un punto accesible a los lugares de carga para los camiones.