En la Jacetania todavía quedan en pie algunos ejemplares de bordas o casetas de piedra seca, es decir, que sus piezas se asientan unas sobre otras sin ningún tipo de argamasa. Estas construcciones están alejadas de los núcleos rurales ya que servían para resguardarse de las inclemencias del tiempo y para almacenar los utensilios y los productos del campo cuando los campesinos pasaban las jornadas fuera de casa realizando sus faenas.