Aunque, por regla general, los platos que se consumían en las jornadas de siega han tratado siempre de reponer el desgaste que producía la actividad en el organismo de los segadores, las colaciones eran diferentes en cada zona de España. La fritada con caracoles y chulla, los huevos fritos, el cocido, las patatas con bacalao y arroz y el pollo con pimientos, han sido los platos fuertes que los segadores de Albero Bajo consumían durante las duras jornadas en que la siega y la trilla se realizaba a mano.