El aprovechamiento de los rumiantes en general y de los cérvidos en particular tiene diversas finalidades, además del uso de su carne o de su piel: El taxidermista se encarga de la conservación de la cabeza como trofeo, los joyeros cinegéticos realizan bellos adornos personales, hay expertos artesanos que elaboran lámparas, bastones, cuchillos, fundas para cuchillos... Una diversidad de usos y aplicaciones que tienen como materia prima las diferentes partes de estos animales.