Los sentidos se agudizan al traspasar el umbral del taller de Mari Mar Marcuello, originalmente bautizado como “Patetas de Mixino”. En pleno centro de la capital oscense nos sumimos en un sorprendente mundo de reflejos que se amalgaman delante de nuestros ojos. Las expertas manos de esta artesana disfrazan toscos materiales en tornasolados ornamentos.