El cangrejo autóctono ha tenido tradicionalmente un gran aprecio entre los amantes de la buena cocina, más por su sabor que por su valor nutritivo. En la localidad zaragozana de Letux, José Lapeña conoce bien el mundo del cangrejo de río y ha salido a dar una vuelta con sus reteles con el fin de preparar una merienda con estos artrópodos emparentados con la langosta.